09/JAN/2024

Técnicas de fitomanejo logran que especies autóctonas fijen el suelo de un depósito minero de la Peña del Águila

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A ritmo de jardín regado pese a la prolongada sequía. Los árboles y arbustos plantados y sembrados por investigadores de la UPCT crecen exitosamente en la parcela demostrativa del proyecto FiAmbRes en un depósito de residuos mineros consistentes en lodos de flotación procedentes de lavaderos de mineral de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión y hasta han germinado naturalmente nuevos pinos carrascos y otras de las especies autóctonas utilizadas para fijar este suelo contaminado: ciprés de Cartagena, taray, espino negro, salao, albardín, esparto, arto y boja.

¿Son especies que han demostrado adaptarse a las particularidades de estos suelos, cuyas condiciones son inhóspitas debido a la escasez de nutrientes y la abundancia de metales pesados¿, explica el responsable del proyecto, José Álvarez Rogel. El objetivo es demostrar que técnicas de fitomanejo basadas en la naturaleza pueden conseguir fijar el suelo y reducir el riesgo de dispersión, en el entorno del Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas (que incluye zonas pobladas como El Llano del Beal y el campo de golf de La Manga y ramblas que desembocan en el Mar Menor), del material contaminante que forma estos enormes depósitos donde se almacenaron lodos generados durante el procesado de mineral, con altas concentraciones de elementos como zinc, plomo, cadmio, manganeso y arsénico.

La vegetación disminuye los efectos del viento y la lluvia en el arrastre de estos metales, por lo que los investigadores están comprobando que el fitomanejo es una alternativa más asequible, unos 50.000 euros por hectárea, que otras intervenciones que requieren el encapsulamiento de los residuos, como la que se está llevando a cabo en el cercano depósito de El Lirio, con un coste de unos 700.000 euros por hectárea. ¿Ambas técnicas son compatibles y su uso depende de factores como  la estabilidad estructural de los depósitos, el riesgo para las poblaciones cercanas y la disponibilidad presupuestaria¿, comenta Álvarez Rogel, recordando que en la Sierra Minera de Cartagena-La Unión hay 89 depósitos con lodos de flotación procedentes de lavaderos de mineral.

El proyecto FiAmbRes arrancó con trabajos de preparación del suelo de la parcela demostrativa, roturado en días sin viento y con cierta humedad en el suelo, para evitar la dispersión de partículas contaminantes, y abonando con una mezcla de compost fabricado a partir de residuos del vertedero de Cartagena y biochar, una especie de carbón vegetal. ¿Hemos dejado zonas sin compost para comparar el crecimiento de las plantas y ya vemos que hay gran diferencia¿, avanza la investigadora María Nazaret González, que participa en el proyecto junto a los también docentes de la UPCT Héctor Conesa, José Antonio Franco, María José Vicente y Juan José Martínez, el doctorando Matías Ceacero y varios técnicos de laboratorio.

¿Utilizamos fajinas forestales para mejorar el suelo, reducir la erosión, favorecer la germinación natural de las semillas que caigan en su entorno y para que actúen como refugios de fauna¿, explica Juan José Martínez señalando los muchos pinos que han brotado al cobijo de las ramas apiladas.

Los investigadores están también midiendo la emisión de CO2 del suelo y el efecto que tendrá en la zona el aumento de temperaturas por el cambio climático, utilizando campanas de metacrilato para incrementar el calor y comparando los resultados con los de otros depósitos mineros.

El ensayo en la parcela de 2.500 metros cuadrados forma parte de las actividades del proyecto Prueba de Concepto Aplicación de técnicas de Fitomanejo para la restauración Ambiental de depósitos de Residuos mineros metalíferos en zonas semiáridas (FiAmbRes, proyecto PDC2021-121383-I00, financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033 y por la Unión Europea Next GenerationEU/ PRTR), que lidera el grupo de investigación Edafología Ambiental, Química y Tecnología Agrícola de la ETSIA-UPCT. 

El proyecto FiAmbRes tiene una duración de dos años y medio (diciembre 2021-mayo 2024) y cuenta con una financiación de 97.750 euros. Para su realización se cuenta con la colaboración de una ONG local, la Fundación Sierra Minera, y dos empresas, Ingeniería del Entorno Natural y Biocyma, así como con el permiso del propietario de los terrenos, Francisco Crispín Fuentes Narváez, y de la Dirección General del Medio Natural de la Comunidad Autónoma de Murcia.




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