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Confusos, inquietos y temerosos del destino de Ucrania, su país, y de sus seres queridos, pero “muy agradecidos por la hospitalidad española”, cuatro estudiantes y dos profesores de la Podillia State University han llegado esta semana a la UPCT con becas Erasmus para países de fuera de la Unión Europea que el Servicio de Relaciones Internacionales de la Politécnica ha tramitado de urgencia dada la invasión rusa.
La UPCT tiene acuerdo de movilidad internacional con esta universidad ucraniana. Dos alumnos de Doctorado llegaron antes de que comenzara el conflicto. “Nuestra intención es alargar la estancia de estos estudiantes y traer a cuantos podamos más para alejarlos de la guerra”, explica la jefa del Servicio de Relaciones Internacionales, Beatriz Marín.
“Nunca imaginé sufrir, en toda mi vida, una guerra así, tan brutal como mi abuelo me contaba que fue la Segunda Guerra Mundial contra los nazis”, explica Sergiy Pognebnyak, doctorando en Energías Renovables que llegó a Cartagena apenas una semana antes de la invasión y ahora ha podido traer a su esposa y su hijo de apenas tres años. “Estaba muy preocupado por ellos”, comenta aliviado, conocedor de su suerte, pues de haberse iniciado unos días antes el conflicto no habría podido salir del país y tendría que haberse enrolado en el ejército. “Trataré de acabar aquí la tesis doctoral para ayudar en el futuro a mi país”, afirma.
No pierden la esperanza de recuperar la paz, la libertad y la prosperidad de “un país hermoso y desarrollado”, tal y como lo describe Iryna Humeniuk, jefa del Servicio de Idiomas de la Podillia State University. “Es increíble lo que está pasando en el corazón de Europa”, denuncia. “Lo más doloroso es que los rusos son nuestros amigos y hermanos y están apoyando a su presidente y a su ejército, que bombardea y mata civiles, sin respetar corredores humanitarios, ni hospitales, ni colegios”.
“La situación es impredecible, no podemos saber cuándo volveremos a ver a nuestros esposos e hijos, si seguirán en pie nuestras casas o si habrá trabajo, porque la industria está siendo arrasada”, añade esta profesora, que ha llegado a España con su hija de 10 años y confiesa tener “el corazón roto”.
Su universidad está en el centro-oeste de Ucrania, lejos por el momento de las tropas rusas, por lo que está acogiendo a miles de desplazados de otras zonas del país.
“Una de nuestras residencias universitarias se está utilizando para albergar refugiados”, cuenta Iryna. Pese a todo, no hay lugar seguro en todo el país. “A menudo suenan las alarmas antiaéreas y las familias con niños pasan la noche en los sótanos”, describe.
Para continuar gestionando la ayuda que llega desde la Unión Europea vuelve la próxima semana a Ucrania la vicerrectora de Investigación e Internacionalización, Oksana Bialkovska, que también ha llegado a la UPCT para una estancia de apenas cinco días. “Vuelvo por mis obligaciones en la universidad y con la logística de la solidaridad”, declara, no sin antes agradecer a la Politécnica “el impresionante apoyo que hemos recibido”.
Los seis estudiantes ucranianos que han llegado a la UPCT con beca para estancias de cinco meses van a cursar estudios de grado y doctorado en las escuelas de Ingeniería Agronómica e Industriales y en la Facultad de Ciencias de la Empresa.